Respiro. 

¡Ufff! ¡Qué bien sientan las victorias! Como una cervecita fresquita en un caluroso día de verano. Eran ya dos, los amargos tragos consecutivos de las pasadas semanas (Esparreguera y Molins de Rei), que habían hecho prácticamente olvidar el dulce sabor del triunfo obtenido a principios de octubre en La Barruana ante la Peña Barcelonista. Desde entonces, la espera se ha hecho un pelín larga, hasta esta primera semana noviembre. Pero cuando ha llegado el turno de vencer, es una sensación que siempre vale la pena.

IMG_20161106_115835littleNo deja de ser curioso que el Sanpa B haya tenido que regresar de nuevo a Sant Vicenç del Horts para lograr en este campeonato su segunda victoria, que también ha sido la segunda domicilio (todavía se está pendiente puntuar como equipo local). El modus operandi esta vez ha sido muy diferente. En el campo de La Guardia, no desplegó su juego más vistoso y elaborado, aquél que le abre la puerta a una multitud de ocasiones de gol. Fue un encuentro práctico, sobrio, más alejado del estilismo y más centrado en el resultado, tantas veces esquivo a lo largo de la temporada. Delante tenía un rival que le superaba (y le sigue superando) en la clasificación, si bien tampoco sabe lo que es ganar en casa y venía de caer duramente derrotado por el Eusebi Güell en la jornada anterior (7-2). Así que, en un duelo importante para ambos equipos, fue el conjunto de Platas el que se acabó llevando el gato al agua.

Este partido podía despertar cierto morbo por el hecho de que el conjunto local cuenta en su plantilla con hasta 7 jugadores que han vestido la camiseta verdiamarilla sanpera en el pasado. Sin embargo, al final fue un encuentro más, con La Guardia buscando la espalda de  Grego y Sergio con pases largos o al espacio, y el Sanpa recuperando muchos balones en el medio del campo, especialmente en saques largos de puerta, fruto de un trabajo monumental de Rafa y Carlos Rodrigo, pero sin lograr encontrar el camino hacia el área rival. Albert Hill, en punta, no se sentía cómodo con tan poco espacio, siempre rodeado de demasiada gente y a Cristian “Cholito” Gutiérrez, a la postre decisivo, le costó un poco entrar en el partido. Por las bandas, Iván y, especialmente, Peralta lograron llegaron hasta línea de fondo en varias ocasiones, pero sus centros o pases se perdían en el corazón del área sin encontrar rematadores. Por fortuna, en defensa, pese al inicio algo inseguro, se consiguió neutralizar el ataque local durante gran parte de la primera parte. Álvaro estuvo formidable e inexpugnable por su banda, y “Guru” Vidal apenas hizo concesiones por la suya.

El principal peligro llegó en las pérdidas de balón y las rápidas salidas en contraataque de La Guardia. Todo el control que poseía el Sanpa cuando estaba bien plantado, se volvía algo caótico cuando perdía el balón y debía replegarse con rapidez. En una ocasión, pudo haberlo pagado caro, cuando se produjo un corte entre media y defensa y dio pie a la oportunidad más clara para los locales. David Vega tuvo que intervenir en un mano a mano ante un delantero que recibió delante de él dentro el área (en posible fuera de juego), al que aguantó para detenerle su disparo raso y cruzado buscando el poste opuesto e impedir el primer gol del partido (min. 39).

FunPhotoBox1163141351zteocbDe lo que pudo haber sido el 1-0, se pasaría al 0-1. Poco antes del descanso, “Cholito” resolvió una jugada que, de no haber marcado, hubiera sido penalizada con penalti: jugada de Peralta por banda derecha, disparo de Rafa de primeras desde un arista del área y clarísima mano dentro de la misma. El balón coge un efecto bombeado, y mientras todos miran al árbitro, Cristian se adelanta al portero y, sin dejarla caer, le pega con el lateral del pie, dirección al fondo de la red (0-1 min.44). El colegiado dio gol y el Sanpa se marchó al descanso con ventaja en el marcador.

Marcar ese primer gol no había sido fácil pero resguardarlo lo fue aún menos. El inicio del segundo tiempo fue frenético y, pese a entrar Trillo por Sergio Albert para adelantar la línea defensiva, la retaguardia verdiamarilla sufriría lo que no estaba escrito. La Guardia tuvo hasta tres oportunidades clarísimas delante del portero; Trillo tuvo que sacar sobre la misma  línea de gol un balón que irremediablemente se colaba dentro de la portería y enviarlo a córner cuando ya se cantaba el empate; Vega tuvo que sacar una mano milagrosa justa a la base del poste, para desviar un remate en chilena dentro del área tras un saque prolongado de banda. De una manera u otra, fueron transcurriendo unos diez minutos de verdadera angustia, en los que los “Silvers boys” se ganaron a pulso los tres puntos simplemente por su perseverancia reacia a encajar un gol. Con uñas y dientes.

IMG-20161106-WA0002-littleQuedaba claro que este día, por primera vez en la temporada, el Sanpa iba intercambiar su papel: si habitualmente la “pegada” la tienen sus rivales, en esta ocasión iba a ser la contra sanpera la que iba a demostrar una efectividad brutal. Con los locales volcados, un balón despejado en largo hacia la banda, en parábola, lo lucharía Cristian muy cerca de la línea. Emulando a “Bale contra Bartra”, con un toque mantuvo dentro del terreno de juego el esférico que se marchaba por la banda y se marchó por velocidad de su marcador, que no pudo pararlo pese a echarlo del campo, y encarar al portero. Su disparo desde la izquierda, algo escorado, lo detuvo en primera instancia el guardameta local, pero el rechace cayó a pies de Peralta, que no perdonó desde el borde del área pequeña (0-2. Min.60). Suspiro de alivio en el banquillo sanpero.

Ciertamente, este gol fue un golpe casi definitivo. Los locales siguieron presionando, pero sus ocasiones ya no serían claras como antes del tanto. Diez minutos después, ya con Kike y Jesús renovando la banda derecha, el Sanpa ampliaría el marcador, cuando el saque de una falta lateral de Peralta desde la izquierda se paseara por todo el área pequeña y, cuando parecía que marcharía por el otro lado, llegó Grego como una exhalación al segundo palo y, apuradísimo y a punto de comerse la valla posterior, enviara el balón al fondo de la red (0-3. Min.70). El tercer tanto podía parecer definitivo. Pero se había sufrido demasiado para creer que el partido estaba ya sentenciado.

infantinoLa Guardia recortaría distancias tras señalarse penalti por unas manos muy discutibles (pegadas al cuerpo y con impresión de ser fuera del área, en medio de un barullo de jugadores). El 1-3, con 15 minutos por jugar, devolvía la emoción en el marcador, puesto que los locales no tiraban la toalla. Sin embargo, la entrada de Jaume Cañadas como lateral izquierdo, reposicionando a Rubén como medio defensivo por delante de los centrales, y de Matteo para aprovechar su juego posicional para cerrar espacios, fueron suficientes para amarrar el resultado y obtener, de esta manera, un valioso triunfo que ayude a reforzar los ánimos de cara a futuros compromisos.