El Sanpa Alevín dirigido por Sergio Rey y Óscar Yeste se ha proclamado campeón del grupo 39 de Tercera División al imponerse en la última jornada al Levante-Las Planas por 3-0, y superar por dos puntos a su más inmediato perseguidor, la Escola de Fútbol Gavà.  Esta victoria, con el añadido de lograrla en un complicado derbi entre vecinos de Sant Joan Despí, y el consiguiente ascenso a 2ª División, suponen el colofón a una temporada tan extraordinaria como atípica. Un inmenso logro, en la primera temporada de escuela sanpera en Sant Joan Despí, que le otorgan la primera alegría a la entidad después de un año muy difícil.

Los números de este Sanpa Alevín ciertamente resultan espectaculares:  37 puntos, 12 victorias y 1 empate en 13 partidos, 102 goles a favor (equipo máximo  goleador) y 16 en contra (equipo menos goleado). Pero más allá de las cifras, dignas de un equipo campeón, la clave no ha estado en los partidos resueltos con un marcador más holgado, sino en la capacidad del equipo de superar situaciones más adversas y complicadas. El objetivo siempre ha sido sacar una versión óptima de los jugadores, saber aprovechar su talento y habilidades, poner en práctica lo que se trabaja en los entrenos y jugar lo mejor posible a nivel colectivo, independientemente del nivel del rival. Aún así, los partidos no siempre son placenteros y, en ocasiones, hay duelos y oponentes que te ponen a prueba como equipo. Son esos momentos difíciles los que permiten ver de qué pasta estás hecho. Y hubo que verlo.

Desde un inicio, los resultados generaron optimismo y despertaron una enorme ilusión sobre lo que podía conseguir este equipo. Sin embargo, las «pruebas de fuego» no llegarían hasta mayo, época en la cual se juntaron la disputa entre semana de los partidos aplazados con los duelos entre rivales directos en la lucha por la primera plaza. Así que hubo que seguir trabajando manteniendo la concentración y sin dejarse llevar por la euforia, a la espera de afrontar un exigente calendario en las mejores condiciones posibles. Y llegado el momento, se dio la cara. Porque ganar por goleada no sirve de mucho si luego fallas el día que el resultado es más ajustado.

Tres partidos tuvieron la clave. La victoria en Molins de Rei (1-3), ante un equipo imbatido hasta entonces, hizo creer que la posibilidad del campeonato y el ascenso eran posibles. El duelo en Cornellà ante la Fundació Esportiva sería la segunda «final», sufriendo ante un contrincante que fue mejor durante casi dos cuartos y al que solo se pudo superar por la mínima a base de mucho temple, esfuerzo y sacrificio  (3-4). Y el duelo definitivo, en casa, sería contra la E.F. Gavà, el otro equipo que ha concluido el campeonato sin conocer la derrota, que puso el listón muy alto pero sacó el lado más luchador y competitivo de este joven Sanpa. El empate final (1-1), logrado por los visitantes en el último suspiro para evitar que la liga quedara sentenciada, tuvo un toque agridulce para los muchachos de Sant Joan Despí por esos minutos finales que «sobraron», pero les permitía depender de sí mismos para hacer realidad su gran aspiración. Y por eso, era igual de importante jugar las últimas jornadas con la misma intensidad que las anteriores, para no desaprovechar esa gran oportunidad que estaba al alcance de sus manos.

Todos los rivales merecen un respeto y, por eso, el partido definitivo ante el Levante-Las Planas, capaz de dar la sorpresa, era como otra final. Nada estaba hecho. Había que superar los nervios y la excitación, volver a dejar constancia de la madurez mostrada en los momentos más exigentes y jugar lo mejor posible este partido. Sin pensar en lo que pudiera hacer o dejar de hacer la EF Gavà.  Un gol de Marc Bermúdez abrió el marcador a los 14 minutos para allanar un camino que todavía había que recorrer para llegar a la meta. Pero hubo que esperar hasta la recta final para lograr la sentencia: otro gol de Marc Bermúdez, esta vez de falta, y otro de Marc Rodríguez, poco después, permitirían, una vez señalado el final del partido, dar rienda suelta a la euforia y a la celebración ante este gran éxito, justa recompensa a una espectacular temporada. La familia Sanpa ya tiene su primera alegría deportiva.

¡Enhorabuena, muchachos!    Y nuestro más sincero agradecimiento a Sergio y Óscar por la labor realizada!!