YA ERA HORA, MALDICIÓN!!!

Gente, «arriba la birra» se lee igual al revés. No sé vosotros, pero yo estoy aún en estado de shock

Hemos tenido que esperar hasta después de Semana Santa para poder ver la «resurrección» del Sanpa en este fatídico 2018, en el que no conocía la victoria tras el derbi de Sant Joan Despí, disputado el pasado 15 de diciembre de 2017, precisamente justo después de otra festividad religiosa como fue el Puente de la Constitución/Purísima. Toda una «travesía por el desierto», algo superior a los 40 días, en la que solo se habían vivido derrotas y apenas dos empates (en Esparreguera y en casa ante el Sant Pere Nord), a pesar de haber estado dando la cara partido tras partido, semana tras semana, en lo que venía siendo un via crucis en forma de Segunda Vuelta. Ciertamente, inspiraciones divinas al margen, la verdad es que el equipo verdiamarillo se ganó merecidamente los tres puntos en el campo, poniéndolo todo de su parte en un partido abierto, intenso y muy disputado, con el que, por fin, rompe esta angustiosa mala racha de resultados en la que se había instalado, obteniendo nuevamente una victoria a domicilio tras el triunfante estreno en Sants, a principios de septiembre del pasado año.

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La visita a Cerdanyola no llegaba en buen momento y la clasificación del rival no representaba ninguna facilidad. Éste era un partido complicado, con muchas ausencias, Baena y Polonio con problemas físicos y Reverendo como incorporación de última hora (literal). Joan tuvo que tirar de creatividad y recursos, incluyendo el ponerse de portero en el primer tiempo, para que el equipo sacara el partido adelante en una situación tan comprometida. Por este motivo, el resultado final supone, además de un alivio, una satisfacción enorme.

El duelo estuvo bastante condicionado por el fuerte viento que hubo al norte de Collserola en la tarde de este sábado soleado, con balones que se aceleraban o retrocedían ligeramente según hacia que lado del campo se dirigieran.  El Montflorit salió enérgico de inicio, aprovechando la corriente favorable, tomando la iniciativa del juego y buscando con insistencia el área contraria. Eso obligó al Sanpa a comenzar reculando algo más de lo normal, a la espera de lo que pudiera hacer Marc en ataque, si bien resolvió de manera excepcional esos momentos de agobio iniciales. E incluso dispuso de algunas oportunidades, esporádicas pero de mucho peligro, para colocarse por delante en el marcador.  Una doble oportunidad de Trillo y Marc, al borde del área y el portero fuera de portería, pudieron haber abierto el marcador. Aunque también, por el lado contrario, Joan tuvo que sacar hacia el lateral un disparo bajo y ajustado a la base del poste que se colaba a gol: y, poco después, tuvo que salir a tapar con los pies un mano a mano ante un atacante local, enviando a córner lo que podía haber sido el primer tanto del encuentro.

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Cualquiera de los dos equipos pudo haberse colocado por delante antes del descanso. Marc dispuso de dos nuevas oportunidades, con sendas vaselinas que no suele fallar (una la tapó el portero con los brazos en alto, la otra se desvió hasta salirse del marco de la portería), Chus tuvo su remate de cabeza de rigor dentro del área a saque de falta y Reverendo estuvo a punto de repetir uno de sus «remates deslizadores», pero solo rozó el balón y el contacto fue insuficiente para desviar con fuerza el balón con dirección hacia portería. Sin acierto de cara a portería, y como si se tratase de mantener la emoción hasta el final, a la media parte se llegaría tal y como se comenzó, así que no sería hasta el segundo tiempo cuando se acabaría por decantar este emocionante duelo para uno de los dos bandos.

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Con el viento a favor, dio un paso adelante el Sanpa, que cerró a cal y canto su retaguardia, con Chus y Óscar inconmensurables en el eje, y comenzó a salir con rapidez en dirección al marco contrario. Ramon y Ricard ocuparon sus puestos de comandancia en la medular y facilitaron las transiciones defensa-ataque, aprovechando la velocidad de Úbeda y las incorporaciones de Trillo y David. Gracias a una magnífica labor conjunta, el equipo no dejó jugar con comodidad a su rival, impidiéndole que llegara fácilmente con balón controlado cerca de las inmediaciones de Rubio, que cumplió también como portero en la segunda parte con una labor impecable.  Fruto del gran trabajo de presión colectiva, llegaría el gol, cuando Reverendo robó un balón en la línea de medios y dejó de cara para Ramon, que metió de primeras un balón en profundidad para Marc. El goleador sanpero se marcharía, recortaría a su defensor hacia el interior, y soltaría un «uñazo» desde el interior del área, que entraría en caida por la escuadra opuesta de la portería (0-1). Llegaban las buenas noticias para los verdiamarillos.

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El segundo tiempo se mantendría igual de intenso hasta el final. Con el partido a favor, el Sanpa tuvo ocasiones de sobra para haber ampliado el marcador y sentenciar el partido, pero no las aprovechó. Marc pudo haber incrementado su cuenta goleadora, pero le faltó efectividad. Trillo, que vio cómo le anulaban un gol por un dudoso fuera de juego, también tuvo su opción, como la también lo intentaron Germán, que acabó lesionado, o incluso Ramon, con un tiro desde fuera del área. Esta falta de resolución mantuvo la emoción y permitió al conjunto local albergar esperanzas de empatar el encuentro, puesto que no se rindió en ningún momento y exigió el máximo de concentración a los jugadores de Sant Joan Despí hasta el pitido final.

A pesar de la inquietud y el sufrimiento, el tiempo acabó agotándose y, por fin, los Veteranos sanperos pudieron cantar victoria, algo que llevaba ya demasiado tiempo resistiéndose; y además lo hicieron en un partido deseado, manteniendo la portería a cero y demostrando que, cuando se trabaja en grupo, a pesar de las dificultades, estos «maduritos» son capaces de logros grandes. Por eso, con este triunfo es menester sentir una gran satisfacción. Porque se mereció. Esperemos que, antes de concluir la temporada, sea posible sentir muchas más.