CHASCO PRIMAVERAL.

IMG_20170311_175854Sorpresa en el Casc Antic de Sant Joan Despí, donde el Sanpa, en un tarde para olvidar, se estrelló el pasado sábado ante el Corbera B en el que ha sido, de largo, su peor partido en lo que llevamos de año. Lo más chocante es que lo hizo regresando a su versión más indolente y pusilánime, recordando a lo visto en la primera vuelta en los amargos duelos contra Gavá Mar (1-3) y Atlétic Prat Delta (0-1), con una puesta en escena muy alejada a la vivida en las últimas semanas contra Marina, Santboià, Vista Alegre o Casablanca. Ni siquiera sirvió de motivación la posibilidad de revancha por el agitado y desafortunado encuentro de ida (2-0), a priori un estímulo para salir a buscar la victoria. Sin embargo, la realidad no pudo ser más distinta. Bien fuera por la llegada del buen tiempo, bien fuera por lo que fuera, cualquier tensión competitiva pareció quedarse en el vestuario, que al igual que las ganas de ganar, se debieron reservar para otro día más propicio.

timbaCuesta mucho encontrar una explicación sobre este nuevo fiasco que rompe con la línea ascendente de las últimas jornadas. Incluso el calentamiento fue más propio de una pachanga que de un partido de competición. A pesar de ello, no comenzó del todo mal para el Sanpa, que si bien no podía decirse que su juego fuera avasallador, sí era portador de la iniciativa y le permitía adoptar el papel de favorito sin excesivos complejos ante un rival en cuadro. Todo invitaba a creer en un duelo “monocolor”. Elías tuvo su primera oportunidad a portería vacía, tras un centro de Luís desde la izquierda que había peinado Carlos hacia el segundo palo (min.8); y repetiría poco después con un disparo a la base del poste, tras una recuperación de Joan, que obligó al portero a envíar a córner (min.11). Carlos también dispuso de una gran ocasión, tras recuperar Carrillo un balón cerca del medio del campo y lanzar un pase en profundidad, que la “Rata”, buscando la escuadra, envió fuera rozando el poste (min.12). Y en la línea de este monólogo, diez minutos después llegaría el gol de Sergi, tras aprovechar de cabeza un balón que se le escapó al portero tras un saque de esquina de Elías (1-0. Min.22). La lógica parecía imponerse, pero por desgracia fue un espejismo. Inmediatamente después, como si hubiera concluido el partido con este tanto, se produjo la desconexión.

NegritaNo puede decirse que fuera algo de improviso. Se respiraba algo de duda en el ambiente, y no solo porque nos encontráramos con un calco del duelo de la temporada pasada entre ambos equipos. No nos engañemos: a pesar del dominio y la apertura del marcador, el ritmo de juego no era especialmente intenso, si no más bien “veraniego”, sin muchas prisas. Sumiéndose en la desdicha, el Sanpa quedaría tan impregnado por esa tendencia, que luego no podría revertirla cuando el marcador dejó de favorecerlo. Cuando lo intentó, lo que mostró fue un catálogo de pases fallidos, pérdidas de balón, malas conducciones o pelotazos sin sentido que no auguraban nada positivo. Se pasaba  factura por la falta de entrenamiento de las últimas semanas y la falta de partidos de algunos de jugadores. En un momento que, sin grandes individuales que te rompan o te resuelvan los encuentros, el juego colectivo lo supone casi todo, fue el Corbera quien supo compensar mejor todas su limitaciones (11 jugadores justos y sin portero habitual) con más ganas, confianza y orden; algo que, a la postre, le resultaría suficiente para remontar y ganarle la partida a Sanpa erráctico, que parecía estar disputando su primer encuentro de pretemporada.

El empate, a los 35 minutos, mostró las virtudes de unos y las carencias de otros. El Corbera aprovechó la excesiva relajación defensiva para recuperar un balón y contraatacar con rapidez. El disparo al borde del área al poste largo, sin apenas oposición, resultó inalcanzable para Juan “Coria” (1-1). Todo un síntoma de que, lo que podría haber parecido un accidente antes de regresar a los roles esperados, se convertiría en algo peor. Tal vez fuera determinante el garrafal fallo arbitral (reconoció que siguiendo la jugada y con una “nube” de jugadores, no lo vio), al no señalar un indiscutible penalti sobre Joan, espectacularmente cazado por detrás justo después de centrar desde la izquierda (y rematado a gol por la “Mano de la Rata”), pudiendo servir de excusa, ya que pudo haber cambiado el signo del encuentro. Sin embargo, no hay justificación para que el Sanpa se quedara sin “electricidad” hasta muy avanzada la segunda parte. Por que sin energía, a cualquiera le acababa resultando difícil ganar a cualquier rival que le ofrezca un poco de lucha.

nespressoTras el segundo tiempo, dio la impresión de que, con una marcha más (o dos), se hubiera podido reconducir la situación y llevarse el partido. Más bien al revés, fueron los corberanos los tuvieron más fe y buscaron con más ahínco la victoria, peleando cada balón dividido y poniendo todo lo que hay que poner. El 1-2 dejó en evidencia a la defensa sanpera, que no supo que hacer con un balón dentro del área pequeña y vio como uno de los delanteros visitantes se lanzaba con todo a rematarlo a la red ante miradas de desconcierto (min.61). Solo dos minutos antes, una mano de Coria y el poste habían impedido el gol, tras un disparo fuera del área donde el chutador encontró un pasillo despejado tras otra descoordinación en el repliegue. El naufragio aún se prolongaría más, porque, lejos de ver una reacción, lo que vino fue a un  Corbera crecido, que buscaba sin temor la oportunidad de sentenciar la contienda. Algo que no desaprovecharía.

La entrada de Guardia y Jesús Heredia devolvería algo de chispa, pero ya era demasiado tarde. Lo peor del 1-3, que Juan Coria había impedido en dos ocasiones, no fue la desventaja de dos goles que supuso, algo difícil de neutralizar en 10 minutos (si no eres el Barça y tu rival un hundido PSG), ni el despropósito defensivo que le dio origen, si no la evidencia palpable de que el equipo había permanecido demasiado tiempo fuera del partido. Solo entonces, con todo perdido, llegó la reacción, a la desesperada, con el asedio a la portería rival. Una pena porque, de haber jugado así durante los 90 minutos, posiblemente a los visitantes les hubiera hecho falta mucha suerte para no salir goleados. En los últimos 5 minutos intervino más el casual guardameta rival que en toda la hora anterior. Su parada más determinante, sería la que sacó con el pie al borde del área pequeña a disparo de Guardia, cuya acción demostró que, con un poco de voluntad, se podía romper la concurrida línea defensiva. El gol de Barceló, ya en el descuento y con la “colaboración” del propio portero (se le coló por debajo del cuerpo), llegaría demasiado tarde (2-3. Min.91).

bright-side2Con cierto desasosiego y disgusto sanpero se llegaría al pitido final. De esta manera, el Sanpa desperdició una grandísima ocasión de sumar un nuevo triunfo, ante un rival que no había puntuado hasta ahora fuera de su campo y que obtuvo así su primera victoria a domicilio. La próxima semana, La Plana pondrá a prueba de nuevo al equipo verdiamarillo. Esperemos que el espíritu que le caracteriza vuelva a verse de nuevo en el campo, pasando página respecto este último partido, del que solo se recuerde que fue una pesadilla pasajera.