DERBI!!!!!.

Joan ejerció de mariscal de campo y fue clave con dos asistencias de gol

Extraordinario. Muchos años han pasado desde que el Camp Municipal Barri Centre (o Casc Antic) fuera por última vez el escenario del apasionante duelo, como solo así puede ser, entre los dos clubs que han compartido y comparten barrio, terreno de juego y sede social en el término municipal de Sant Joan Despí.  Por casualidades del destino, ha coincidido que, en la misma temporada que la UD San Pancracio cumple sus 50 años de existencia, a los dos equipos del centro histórico de la ciudad les ha tocado volverse ver las caras casi una década después en un partido oficial, en lo suponía una encuentro inevitablemente muy especial tanto para los lugareños como para bastantes personas vinculadas. Que el choque perteneciera a la categoría de veteranos no le restaba ni un ápice el interés y la curiosidad que pudiera despertar.

Úbeda marcó un gol y cumplió la promesa que le hizo a Barceló

Tal y como se esperaba, este partido con dos «equipos locales» acabaría resultando muy emocionante, con sus diferentes alternativas en el marcador y una incertidumbre que se alargó hasta el último segundo. El pitido final supuso la culminación de un vibrante duelo, que concluyó con una ilusionante victoria del equipo que representa a la antigua humilde barriada de San Pancracio, que no pudo evitar vivir este momento como algo mágico y único. A la singularidad del encuentro, se le añadía una previa mala racha de resultados, sin victorias desde finales de octubre, que contrastaban con las últimas cuatro victorias encadenadas de una UE Sant Joan Despí que ya le había superado en la Clasificación en las últimas semanas. Por ese motivo, si sumar los tres puntos ya se había convertido, de hecho, en una necesidad para el Sanpa de cara a subir la moral de la plantilla, solo faltaba el aliciente añadido que podía suponer jugar todo un derbi: una motivación extra unida al latente deseo de volver a recuperar la senda del triunfo en esta Liga.

El equipo que presentó la UD San Pancracio para este partido tan especial fue: Pani, Rubio, Trillo, Chus, Ardiles, Carri, Ramon, Joan, Germán, Úbeda y Reverendo (c). Posteriormente, David, Chuso Aguado, Ricard, Verbo y Pedrutti Porras, más Luna y Carlos Rodrigo.

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Las cosas no pudieron comenzar mejor  para los verdiamarillos, que se adelantaron con gol de Úbeda a los 4 minutos, tras resolver un mano a mano un magnífico balón al espacio de Joan desde la izquierda, ganándole la espalda de la defensa (1-0).  Este primer «zarpazo» vino acompañado por un visible iniciativa en el juego por parte del Sanpa durante el primer tramo del partido, en el que gozó de varias oportunidades para ampliar el marcador, como los tres remates de un incisivo Úbeda al lateral de la red (uno de ellos al rematar al segundo palo a un saque de córner) y una ocasión de Germán, que no pudo disparar tras una dejada al borde del área. Solo la falta de puntería y algunas buenas acciones del portero rival impedirían que se incrementara su ventaja y esa indulgencia la acabaría aprovechando el Sant Joan Despí que, tras un inicio algo conservador, fue poco a poco ganando terreno y encontraría la manera de empatar el encuentro. Con bastante efectividad, además. Aunque no se había prodigado mucho en ataque, su primera acción ofensiva clara acabaría siendo letal:  saque de banda desde la banda derecha, control orientado y fuerte tiro cruzado desde el vértice del área que golpea en el poste largo y se cuela en la portería, sorprendiendo a Pani (1-1). Como en los duelos de gran rivalidad: no se deciden ni por juego, ni a los «puntos» ni por la cantidad de ocasiones generadas. Se deciden por goles marcados.

Este tanto fue un duro golpe para los verdiamarillos y todo un estímulo para los blanquirrojos. De poco servía lo acontencido hasta entonces y todo parecía volver a su punto inicial, aunque la dinámica había cambiado ligeramente. El Sanpa comenzó a atascarse mientras que el Sant Joan reflejaba una mayor confianza y atrevimiento en ataque. Pani tuvo que intervenir brillantemente en un mano a mano ante un atacante rival para impedir males mayores antes del descanso. Se entró en una fase en la que el partido se veía completamente abierto, y cualquiera de los dos equipos pudo haberse adelantado en el marcador. Con toda la emoción que eso suponía para los espectadores. Sin lugar a dudas, un derbi como mandan los cánones.

Aunque puedan inspirar miedo, sus dianas forman parte de la Historia del Sanpa.

En el segundo tiempo, el Sanpa regresaría con energías renovadas y nuevamente se mostraría muy activo. Sin embargo, en su búsqueda del segundo gol a favor, se acabaría encontrando con el segundo gol… en contra. Fue un contratiempo que llegaría a pelota parada y con cierta dosis de infortunio, en una escena surrealista en la que acabaron Pani y el balón en el fondo de la red:  saque de una falta algo lejana que se envenena a gran altura en dirección de la portería, coge al arquero sanpero demasiado adelantado y el rectificado para despejarlo acaba en tropezón y en el 1-2 en el marcador. Autentico golpe de efecto del equipo blanquirojo y punto de inicio de una lucha contra el reloj, en la que el Sanpa se veía obligado a darlo todo para intentar darle la vuelta al partido, mientras que su rival, tendría que hacer lo mismo pero para resistir o sentenciar. Por delante, media hora por disputar.

En este nuevo escenario, probablemente, resultaría clave la gestión emocional de la situación. En un momento tan delicado, Joan animó a los suyos a no dejarse llevar por la precipitación y las prisas, y los jugadores verdiamarillos respondieron con temple y sabia paciencia. Con la soga del cronómetro apretando el cuello a medida que transcurría el tiempo, el Sanpa siguió intentándolo, con ganas pero sin perder la cabeza. O utilizando la de Aguado para dominar los balones aéreos. De esta manera, a base de constancia y fe, la recompensa acabó llegando: saque de falta botado por Joan y Chus se libra de su marca para aerodeslizarse y tirarse en plancha, buscando con su cabezazo la base del poste. El esférico cruza inalcanzable ante la estirada del portero y, sin que nadie lo impida, acaba en el fondo de las mallas (2-2). Nuevo empate, estallido de júbilo y partido otra vez con las espadas en alto. Regresaba el optimismo sanpero, se respiraba con alivio y las opciones de victoria volvían a aparecer en el horizonte. Todavía quedaba partido.

Tras una semana muy dura, Pani impidió el empate con una parada determinante al final del partido

Al igual de lo ocurrido con el 1-1 de la primera parte, este nuevo empate volvería a tener un efecto de cara a la moral de ambos equipos: revitalizante para unos y aturdidor para otros, aunque en esta ocasión con las tornas cambiadas. En pleno subidón, el Sanpa buscó el tercero con mayor confianza, y pudo encontrarlo en varias ocasiones, como en un disparo que se le marchó demasiado cruzado a Reverendo. Aún así llegaría este deseado tanto, pues más acertado estaría Verbo, que resolvería tras un espléndida jugada individual de «Deivid» Moyano cerca de la línea de fondo próxima al córner izquierdo, en la que había sorteado hábilmente a un rival antes de devolverla a su derecha a «Verbatov», junto al vértice del área. Un vez recibida la pelota, el «9» verdiamarillo no se lo pensaría dos veces antes de sacarse un potente»zurriagazo» buscando la escuadra más alejada de la portería, con el que superaría al portero contrario y acabaría marcando el que sería, a la postre, el tanto decisivo (3-2). Un memorable gol, que serviría  para culminar la  primera remontada de la temporada.

El gol de la victoria se vivió con pasión

Con toda la euforia, que nadie se piense que ahí acabó la historia. El último cuarto de hora de partido sería de una intensidad enorme, con el Sanpa defendiendo con uñas y dientes su ventaja y el Sant Joan buscando el tanto del empate. Portentoso trabajo en la retaguardia, con el debutante Pedro al 200%, Chus y Trillo aguantando los 90 minutos en el eje de la defensa, y todo el equipo luchando como una única entidad. Un sacrificado y entregado trabajo que consiguió neutralizar con eficacia prácticamente todas las acometidas del rival, excepto una, donde pudo haber llegado el empate. Con el tiempo virtualmente agotado, en un último coletazo, tuvo que ser Pani el que emergiera cual gigante para sacar  una descomunal e impresionante mano salvadora, a ras de suelo, a un fuerte remate de primeras al borde del área pequeña, que la defensa acabó de despejar a escasos metros de la línea de gol. De esta manera, como si hubiera querido enmendar lo ocurrido en el segundo gol del Sant Joan, el guardameta del Sanpa acabaría por certificar, definitivamente y a lo grande, un merecido y trabajado triunfo, que no puede más que disfrutarse y celebrarse de corazón. Por todas las dificultades sufridas en las últimas semanas y por todo el empeño puesto por los muchachos para volver a sentirse competitivos. Por el honor que representa llevarse este derbi, ante un excelente rival, el primero de esta década aunque sea en Veteranos; y por la enorme dosis de felicidad que supone para la Parroquia Sanpera el poder saborear de una nueva victoria.

ENHORABUENA!!!

 

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