HASTA LA EXTENUACIÓN.

Sergio hizo varias paradas y colgará los videos en su cuenta de youtube como el portero-influencer «Elrubio».

Bravo partido de la UD San Pancracio, que acabaría cayendo derrotado en los minutos finales a pesar de darlo todo y exprimir al máximo todos y cada uno de sus escasos recursos disponibles. En otro duelo afrontado con el equipo en cuadro, lastrado por la gran cantidad de bajas en plantilla, el conjunto verdiamarillo volvió a hacer gala nuevamente de un enorme arrojo, valor y valentía, que afloró en la medida de lo posible aunque no obtuviera una recompensa final. Su crédito no se lo ganó  solo porque conseguiera igualar hasta en dos ocasiones un marcador adverso, neutralizado incluso dos goles de desenventaja en una de ellas.  Lo hizo, además, por valentía o temeridad, con su atrevimiento a la hora de buscar la victoria, quizá una osada pretensión teniendo en cuenta que le tocó jugar más de la mitad del segundo tiempo con un jugador menos, tras la lesión de Ricard y ningún sustituto en el banquillo.

Así pues, poco puede reprocharse a un equipo que hizo todo lo posible para reencontrarse con un triunfo en casa y para ello intentó sobreponerse a todas las adversidades que se le pusieron por delante. Condicionado por las numerosas ausencias, incluida la del portero titular, Pani, el Sanpa comenzó sobreviviendo al fuerte arranque del Atlétic Castelldefels, que salió de inicio con plena determinación por encarrilar el partido, adelantando su línea defensiva hasta el medio del campo y forzando que gran parte del juego se disputara en el terreno de juego local. Durante este primer tramo de partido, los jugadores verdiamarillos vivieron momentos de cierto agobio, con posesiones muy cortas y enormes dificultades a la hora conectar con los puntas (Marc, Verbo y David).  No es de extrañar que, en apenas un cuarto de hora, el equipo visitante impactara un balón en el larguero (min.7) y encontrara la manera de adelantarse en el marcador (0-1. Min.13) a base de aproximaciones al área. Al Sanpa le costaba salir cómodamente de su campo con balón controlado.

 

Jugadores del Sanpa observan el pase del quarterback de los Patriots, aunque no esté a la altura de los de Ramon.

Superado el ecuador de la primera parte, se fue cambiando la dinámica. Aparecieron las primeras llegadas peligrosas en el área contraria. Marc dispuso de una buena ocasión, tras recortar fuera del área, pero el disparo se le fue por encima del larguero (min.27). Y Úbeda no remató bien un córner al segundo palo, cuando entraba prácticamente solo (min.30). Tras estos primeros avisos, era cuestión de tiempo que el equipo se animara y adquiriera plena confianza en sus posibilidades. Así que, tras entrar en un ciclo creciente, zafándose de la presión y estirándose sin miedo, no tardaría en llegar el «zarpazo». Desplazamiento largo en profundidad de Ramón buscando a Marc, que se escapa por velocidad de su marcador y se adelanta al portero en su salida, pasándole el esférico bajo la axila en dirección al fondo de la red (1-1. Min.35). Gran gol para reestablecer el empate. Y nuevas esperanzas que renacían en el bando local.

Los motivos para el optimismo se mantuvieron hasta pasada la media parte. Ramon y Ricard comenzaron a tener presencia dominadora en el medio del campo y eso permitió posesiones más largas, más criterio de juego, más conexiones con los jugadores atacantes y recepciones de balón más cómodas. Eso debió aprovecharlo más el Sanpa, que en el segundo tiempo pagaría las consecuencias de tanto reajuste táctico forzado por la necesidad. En ataque se demostró que podía hacer mucho daño al rival, pero en defensa también sufriría demasiado. A los cinco minutos de la reanudación, un saque de falta colgado al área encontró la cabeza de un rematador visitante, que no dio ninguna opción a David al cabecear fuerte y desde muy cerca (1-2. Min.49).  Así que, nuevamente, por segunda vez en el encuentro, al conjunto de Sant Joan Despí le tocaba remar contracorriente, aún cuando le tocaba afrontar todo el segudo tiempo con lo justo.

Con tantas lesiones, existen dudas sobre si estos chicos podrán acudir al cumpleaños de Neymar.

Sin embargo, los jugadores verdiamarillos no tirarían las toalla en ningún momento. Incluso cuando la fortuna y el acierto no acompañaron. Porque ocasiones para reestablecer el empate, las hubo y fueron bastante claras. Úbeda y Óscar se molestaron al rematar de cabeza una falta cuando entraban completamente solos y solo tenían que acompañar el balón dentro de la portería (min.59). Y poco después, un centro de Ardiles se pasearía por delante del portero y del marco contrario sin encontrar ningún rematador que empujara la pelota (min. 62). Más cerca aún estuvo el segundo gol local en un dos contra el portero de Marc y Úbeda, cuando l primero la dejó a su vera para el segundo, pero el balón se le quedó atrás y apareció un defensor para impedir que se produjera el remate a portería vacía. La pelota volvió a las manos del portero en el rechace (min.65).  Verlo para creerlo. Pero para creer sería lo que vino a continuación, cuando un jugador del Castelldefels intentó meterse con una conducción larga entre varios jugadores sanperos e impactó con la pierna de un defensor. Penalti y el 1-3 que subiría en el marcador. Los dioses del fútbol debían estar partiéndose de risa.

Máxima Energía. Máxima Intensidad

Por si fuera poco, Ricard abandonaba el campo poco después por lesión, por lo que al Sanpa le tocaría afrontar los últimos 20 minutos con un jugador menos. Una baja sensible, además. No obstante, ironías del destino, cuando peor estaban las cosas para el conjunto sanpero, llegaría esa nueva reacción de rabia y gallardía que pondría el partido patas arriba.  En tres minutos, aún sin su «bro», el «Killer» Teruel perforó en dos ocasiones casi consecutivas la portería contraria para enjugar la desventaja de dos goles y devolver las tablas en el marcador. Primero, con la ayuda de un defensor tras librarse del portero; la segunda, tras regatear al guardameta.  Y, de esta manera, del minuto 73 al minuto 77, se pasó del 1-3 al 3-3 junto con una añadida hambre de victoria. No quedaba nada que guardar.

Pero como esto trataba de ironía, llegaría el sarcasmo.  A falta de cinco minutos para el final, el conjunto de Castelldefels, aparentemente muy tocado tras el empate, encontraría la manera de volver a ponerse por delante y ya no encontraría replica. Tirando ya de recursos, un centro desde la izquierda encontraría un salto entre dos cerca del segundo palo, donde el atacante visitante consiguió dirigir el balón hacia portería. La diosa fortuna decidió que el fantástico paradón de David, en una reacción espectacular, resultara estéril y dejara el balón justo a los pies del propio delantero, con defensor y portero en el suelo. Una bendición divina, a la que solo hubo que darle un empujoncito (3-4. Min.87). No hay mayor crueldad que la muerte en la orilla tras haber nadado tanto.

La incomprendida liga de veteranos…

El 3-5, en la jugada siguiente, vino en una contra bien resuelta con una magnífica vaselina sobre «Spider» Moyano, cuando el equipo local jugaba a corazón abierto con la postrera esperanza de ver recompensado su esfuerzo y rescatar aunque fuera un punto que premiara todo el trabajo realizado. No pudo ser. Aunque el Sanpa lo entregó todo, no debe desmerecerse el gran partido realizado por el Atlètic Castelldefels, también generoso en su esfuerzo. Al final, ocho goles en un duelo muy entretenido, que pudo haber caido favorablemente para cualquiera de los dos bandos. Y en el que siempre quedará la duda sobre qué hubiera pasado si el equipo de Sant Joan Despí dispusiera de la mayoría de sus efectivos. Todavía queda temporada para verlo.