FALTOS DE PUNCH.

Momento clave, antes del anuncio de la subida del salario mínimo profesional, en el Vestuario 4.

Pólvora Mojada. Pese a su entrega y sus indudables esfuerzos, los «muchachos» del Sanpa se quedaron a medio camino y no pudieron imponerse a los vilanovinos del San Roque, que arrancaron un estimable empate en el Barri Centre, en partido de la 7a jornada de la Lliga de Veterans. En una tarde propicia para recuperar el ánimo con una nueva victoria, los verdiamarillos no lograron que su dominio inicial se acabara plasmando en goles, e incluso pudieron llevarse algún susto en el segundo tiempo, cuando se lanzaron con todo en la búsqueda de ese tanto definitivo, que hubiera permitido que los tres puntos en juego se hubieran quedado en casa.

Empiezan a aplicarse nuevas e innovadoras terapias para ver portería

La cuestión es que al Sanpa le faltó mayor llegada y acierto de cara a puerta. La primera media hora de juego fue especialmente prometedora, como portador de la iniciativa del juego y no concediendo apenas aproximaciones del rival a su área. Con un 4-2-3-1 y una experimentada y elegante medular con Carri y Ramon por delante de Luna y «Das Experiment Central» Úbeda , el peso del partido caía de su lado, lo que le obligaba a asumir el papel de «constructor». Aún le falta algo de fluidez. Aunque las ocasiones, pesar a no ser constantes, acabaron llegando. Rubén dispuso de dos buenos disparos dentro del área que obligaron a «volar» al portero contrario, mientras que Reverendo dispuso de una clarísima oportunidad a dejada desde la derecha del propio Rubén, que no «engatilló» debidamente y acabó chutando de manera poco ortodoxa, poniéndoselo demasiado fácil para atajar al guardameta. En esta tónica, si bien el equipo apretaba y se acercaba al área contraria, el marcador se mantenía inmutable,  sin concretarse ese gol que le hubiera aportado mayor tranquilidad. Ese esfuerzo, a la larga, se acabaría notando, sobretodo en los minutos finales de la primera parte, en los que el conjunto de Vilanova del Camí se animaría, se desperezaría y también comenzaría a inquietar ligeramente el marco de un hasta entonces poco participativo Pani. Y de esta manera, al descanso, todo estaría igual que al inicio del encuentro; sin ningún gol que moviera el marcador.

El Sanpa tiene su identidad, pero quiere mejorar.

Quedando claro que este partido no se iba a ganar por goleada y que, incluso para hacerse con la victoria, habría que perseverar de cara al objetivo de marcar, se inició el segundo tiempo con un nuevo contratiempo en forma de lesión de Trillo por lesión muscular, que incrementa así las listas de asistentes a la Enfermería Sanpera. Algo cambió tras la reanudación, puesto que, a diferencia de los primeros minutos del primer tiempo, la dinámica del partido no seguiría un patrón tan controlado por el bando local y ofrecería una mayor alternancia entre los dos equipos. Se podía ver a un San Roque mucho más cómodo en el medio del campo y con mayor capacidad para salir a la contra, en constraste con un Sanpa algo impaciente y afectado por una ligera ansiedad que, al ver que su rival mantenía la defensa cada vez más alejada de su portería, arriesgaba más en ataque y tiraba de instinto y coraje, al precio de una mayor precipitación y algo de desorden.

La media hora final bien pudo convertirse en una ruleta rusa. Con Rodri, Rubio, Joan y Ardiles más adelantados, Carlos Rodrigo y David por bandas, Úbeda volviendo a su posición natural en banda y Luna como único defensa de cierre,  se echó toda la carne en el asador. Incluso Chus acabaría de medio ofensivo, casi de mediapunta.  Con el cansancio acumulándose, cada vez escaseaba más la claridad de ideas, con algunos fallos en el pase que generaron algún susto en defensa o que podían haber habilitado grandes ocasiones para encarar al portero rival en ataque. A pesar de ellos, se insistía y se insistía. Un pase en profundidad de «Deivid» Moyano no lo pudo aprovechar Reverendo, que chutó desde demasiado lejos y demasiado desviado. Una jugada de Úbeda por banda derecha, acabó en un centro-chut que se cruzó por delante del portero y de la línea de gol, sin que Chus pudiera llegar para empujarlo. Y un pase filtrado de Ramon para Rubén, también pudo convertirse en gol, pero el disparo con el exterior salió defectuoso y se marchó fuera. Se estaba dándolo todo, pero faltaban fuerzas y puntería.  Tampoco ayudó mucho la actuación arbitral, muy proclive a la vista gorda y a la tolerancia defensiva.

A pesar de la presión sanpera, el San Roque tuvo una oportunidad de oro de llevarse el partido en una contra, prácticamente al final. Hubiera sido injusto, pero por si acaso Pani se encargó de tranquilizar al personal local, atrapando el balón disparado desde el borde del área pequeña.

Sin mucho más que añadir, reparto final de puntos entre un Sanpa que lo intentó pero no encontró el camino del gol y un ordenado San Roque que fue de menos a más y pudo haber dado la sorpresa. La próxima semana, al equipo de Sant Joan Despí le tocará visitar probablemente al peor rival que le podía tocar en este momento: el intratable e imbatido líder, Sant Esteve Sesrovires. Sin duda, el equipo más en forma de la competición, que domina como máximo goleador (39 goles) y una media de 5,5 goles por partido, pondrá a prueba la resistencia del Sanpa, que tendrá que darlo todo, y más, si quiere presentar batalla al más claro aspirante al ascenso de este inicio de Liga, en la que no ha cedido un solo punto en las 7 jornadas disputadas. Un auténtico «challenge».