CONTRARELOJ.

En el Oblast de Irkutsk pudieron ver el debut de Jordi.

La UD San Pancracio de veteranos hubo de tirar de obstinación para lograr un trabajado empate en Terrassa, en donde acabó puntuando tras pasarse gran parte del partido a remolque y tener que remontar dos goles ante Olímpic Egara. Vaso medio lleno o medio vacío, según se mire, con un primer tiempo en el que los locales fueron más efectivos y adquirieron una cómoda ventaja, mientras que el segundo fue un monólogo casi absoluto del Sanpa que, pese a disfrutar de buenas oportunidades, tendría que conformarse con empatar gracias a un libre directo ejecutado astutamente por Joan.

Cabe decir que, si algo hay que destacar de este partido, ese es el papel de los porteros. Los jugadores de campo corrieron y batallaron hasta la extenuación, pero la figura de los guardametas fue, sin lugar a dudas, lo más importante del encuentro. Por el Sanpa, gran papel de Rafa en la primera parte, pese a los dos goles encajados, resolviendo la papeleta en situaciones complicadas y algún que otro mano a mano. Y enorme la presencia de Muralla en los segundos 45 minutos, en lo que fue su debut y su retorno a la portería sanpera tras varios años de ausencia. Pero tampoco hay que desmerecer, y es obligado reconocer, el partidazo que realizó el guardameta local que, sin lugar a dudas, resultaría clave para evitar que el conjunto de Sant Joan Despí le diera la vuelta al marcador en un segundo tiempo de cerco constante, postergando el gol del empate hasta el tramo final, cuando el tiempo apremiaba y los jugadores verdiamarillos se encontraban al límite de sus fuerzas.

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Una doble parada, de auténticos reflejos felinos, a dos disparos de Carlos Polonio dentro del área (el primero abajo, a ras de suelo; el segundo, a bocajarro, para acabar en saque de córner) sería una declaración de intenciones de que no sería fácil batir la portería local. También se mostró muy seguro Rafa en la otra portería, que poco pudo hacer tras una inocente pérdida de balón en defensa que le dejó completamente vendido ante un atacante rival (1-0. Min.12). Pero quedó claro que éste iba a ser un día en el que el acierto en ataque iba a ser la clave, porque en las oportunidades que se presentaran, parecía que los guardametas no estarían por la labor de regalar nada.

Tras otra doble de ocasión de Barceló, que se resolvió con disparo por encima del larguero, el Egara volvería a dar otro golpe en el marcador. Un despiste en la defensa sanpera volvió a dejar a Rafa solo ante el peligro. Dani Martínez, pichichi del Olímpic que ya había marcado el primer gol local, volvió a encarar al meta sanpero, que tapó bien el disparo en su salida y rechazó en primera instancia; El rechace, no obstante, favoreció al delantero, que acabó con el balón a sus pies con Rafa por los suelos en modo araña y la portería vacía. Regate,  gol y el panorama que se engrecía para el Sanpa (2-0. Min.30).

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Tal y como estaban las cosas, fue clave que se redujeran las distancias antes del descanso. Albert hizo adelantar las líneas y promovió una mayor presión sobre la salida del balón del rival. De esta manera, se acabaría provocando un fallo, que llegó tras una comprometida cesión y mal control del portero local, que iba a aprovechar Marc para «robarle la cartera» cerca de la línea de fondo. Tras recortarle y dejarle atrás, el «killer» hizo el pase de la muerte para Polonio que, acondicionándose el balón, ajustó al palo contrario para envíar el esférico a la red ante el intento de repliegue de la defensa (2-1. Min.43). De esta manera, el conjunto verdiamarillo iba a recuperar sus opciones.  Tal vez los primeros 45 minutos podía haber resultado algo frustrantes. Pero, en ese momento,  al borde del descanso, ya solo se estaba un gol de diferencia. Restaba todo el segundo tiempo por delante para neutralizarlo.

No dudó ni un instante el Sanpa en ir a buscarlo en su regreso  de los vestuarios.  Decidió asfixiar a su oponente desde que ponía el balón en juego, a la vez que, dosificando fuerzas y una ventaja al mínimo, el equipo local se replegaba, intentaba prolongar la posesión  y esperaba su oportunidad a la contra. El esférico no le duraba demasiado, pero las recuperaciones verdiamarillas acababan transitando hacia ataques con mucho corazón y aún mayor precipitación. Balones que se paseaban de un lado a otro del interior del área, pases cortados in extremis, disparos que eran atajados o salían demasiado desviado… el «atac-i-gol» sanpero fue un «quiero-y-no-puedo» donde el gol se olía, pero no llegaba. Y algún susto que aún le daría el Olímpic como, en una de sus pocas llegadas al área de Muralla, un balón perdido se convirtió en una vaselina que se estrelló en el larguero y botó hacia fuera. Mientras, el cronómetro corría inexorablemente.

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Para más INRI visitante, cuando la constancia en ataque parecía que iba a dar sus réditos, aparecía alguna intervención providencial del cancerbero local. Un intencionado disparo de Joan, desde fuera del área; un cabezazo de Reverendo en el área pequeña buscando el contrapie, tras un balón procedente de Úbeda, que encontró un mano milagrosa en un despliegue de reflejos; un libre directo ejecutado por Sergi, superando la barrera, atajado sobre la línea de gol…  No había manera. Hasta que la hubo. Una falta sobre Marc cerca del área, abrió la puerta a la esperanza. Joan tiró de picardía y el camino hacia el gol apareció por donde menos se esperaba: por debajo de la barrera. El disparo, ajustado a la base del poste no cubierto por el portero, significaría el tanto del empate a falta de 10 minutos para el final (2-2). Tanto fue el cántaro a la fuente…. que se llenó de la forma más inesperada.

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A pesar del subidón que produjo tan ansiado empate, al Sanpa le faltaron fuerzas para buscar el tercer gol.  El esfuerzo realizado se hizo notar en el último trecho del partido, en el que los locales  acabaron inquietando en su objetivo de retomar el mando en el marcador. No hubo acciones destacadas y sí un postrero apretón de dientes para no perder en los instantes finales lo que había costado tanto conseguir. De esta manera, solventando bien la papeleta, se llegaría al pitido final. Reparto de puntos entre dos equipos muy luchadores. Y un Sanpa que finalmente acabó rescatando un punto, pero que deberá esperar un poco más para lograr su primera victoria en este campeonato.