RECTA FINAL.

El horario, el clima, el ritmo de la segunda parte… La Premier League llega al Baix Llobregat!!!

Por primera vez en la temporada, el Sanpa ha conseguido encadenar una racha de tres partidos de imbatibilidad, en lo que pudo haber sido también la tercera victoria consecutiva, tras empatar el pasado sábado en Molins de Rei  en un partido donde hubo una parte para cada equipo.  Tras un primer tiempo algo apagado por parte de los verdiamarillos, lo mejor  del cual fue, sin duda, el resultado,  los jóvenes sanperos recuperaron las buenas sensaciones, tomaron las riendas del encuentro y, pese a que alguna contra pudo haber supuesto el segundo local, dispusieron de sobradas ocasiones para haberse llevado el triunfo.

No fue nada fácil. Ante un duro rival, que le goleó en Sant Joan Despí, al Sanpa le costó además un poco adaptarse al campo del Josep Raich. En los primeros 45 minutos, poco se pareció al de partidos anteriores. Apenas hubo rastro de su juego de combinación, la posesión del balón resultaba incómoda por su lenta circulación y la presión del rival, y muchos pases acababan a la deriva. Aún cuando no dispusiera de un dominio aclaparador, el Molins parecía más intenso y con mayor presencia en el campo. El 1-0 llegó tras provocar un error defensivo, con un pase interceptado que se dirigía a la banda, que propició un 2 contra 1 con un espacio enorme en el eje de la defensa (min.24). Pero poco antes, David Vega había salvado sobre la línea de gol un disparo a bocajarro, desde dentro del área pequeña, al retener con las piernas un esférico que pretendía colarse bajo el cuerpo. Pese al trabajo de Cañadas para recibir el balón en la salida desde atrás, al Sanpa le costó horrores comunicar con fluidez y seguridad las líneas de defensa y de ataque. Y, claro está, tantas pérdidas de balón, acababan propiciando rápidos contraataques con espacios.

 

Si siguen jugando a este nivel, Iniesta regalará al Sanpa una caja de vino antes de irse a Japón.

Sin embargo, la búsqueda de Toni, Berni o Micki por los flancos de la defensa acabó siendo una estrategia acertada al mostrar ciertas debilidades del rival. Aunque no pudieran concretar muchos disparos a puerta, lo cierto es que el balón se paseó varias veces por dentro del área local, a la espera de una rematador. Y, finalmente, tras varios intentos, una diagonal de izquierda a derecha para la carrera de Berni, acabó con éste ganándole la posición al defensor, que le derribó dentro del área al intentar un despeje a la desesperada. El colegiado señaló el correspondiente penalti y Toni Mesa se encargó de materializar de fuerte disparo a la derecha del portero, que adivinó la intención pero le resultó insuficiente (1-1. Min.42). Aunque fuera sin excesiva brillantez, el Sanpa había conseguido mantenerse dentro del partido justo antes del descanso, devolviéndole la moneda al Molins, cuyo empate de penalti en el último minuto del primer tiempo resultaría clave en su victoria de la ida.

 

 

Igual se ven los jugadores muy pequeñitos desde ahí, pero se les puede distinguir el color de las camisetas.

La segunda parte cambió la cara del partido.  El Sanpa ganó en consistencia defensiva y contó con una mejor salida de balón desde atrás, dónde se agradeció la seguridad en la retaguardia de Álex, que entró tras el descanso. Ayudaron mucho las ganas que se pusieron para intentar llevarse el partido, tras esos erráticos primeros 45 minutos y el correcalles que fueron los inicios de los segundos. Siguiendo una evolución de menos a más, los verdiamarillos se fueron estirando y llegando a portería cada vez con mayor claridad.  Berni vio como su remate a media altura, dentro del área pequeña y llegando al segundo palo, tras un gran jugada de Micki por el flanco izquierdo, era rechazado por el portero local sobre la línea de gol. Toni Mesa tampoco supo aprovechar de los  dos mano-a-mano de los que dispuso y el propio Micki volvió a encontrar el vuelo y el despeje de puños del guardameta local, el mejor de su equipo, cuando buscaba la escuadra con un chut desde fuera del área. El balón no entró en ninguna de estas ocasiones, como tampoco acabó por materializarse ninguna de las habilidosas internadas de Carlos Romero por la banda, en lo que fueron un auténtico quebradero de cabeza para la defensa.

La segunda amarilla, y por ende expulsión, de Cañadas, a falta de 20 minutos para el final, despertaría de nuevo la inquietud, ya que suponía pasar de buscar la victoria a evitar la derrota. Pero el equipo, ni siquiera con 10, iba a dejar de dar la cara. Es más, hasta logró tener más el balón que el rival, al que el cansancio comenzó a hacerle mella. Con Trillo y Guille para dar más oxígeno atrás, el Sanpa aún seguiría llegando al área contraria gracias a unas rápidas transiciones (con los riesgos que eso comportaba), por lo que, pese a la diferencia numérica, la victoria aún pudo decantarse para cualquiera de los dos lados.

 

Emoción hasta el final… si hay algún cardiólogo presente, por favor, acuda al bar.

No fue de extrañar que la emoción se mantuviera hasta los últimos… segundos. El Sanpa pudo haber marcado el 1-2 en el último minuto y también pudo haber encajado el 2-1 en la última jugada. Aléx Arévalo, dejándose medio tobillo para impedir desde el suelo el disparo dentro del área pequeña, y David Vega, atajando y reteniendo el mismo a bocajarro, dejaron que la balanza permaneciera equilibrada tal final, tras unos segundo 45 minutos realmente extraordinarios de un partido que se pasó por todos los estados, que tan pronto se pudo y se mereció perder, como también se pudo y se merecio ganar. Al final, 1-1 y tercer partido consecutivo imbatido. Parece que, tras varios meses de continuo trabajo, los Carri Boys llegan bien a esta recta final.