MARCANDO.

Albert lee su lista de agradecimientos por su gol y sus dos victorias en el biwenger.

Tras los intentos fallidos de Olesa y Terrassa y cumplido el primer mes de competición, el Sanpa necesitaba por fin lograr su primera victoria a domicilio. Los primeros tres puntos logrados  en la jornada anterior ante el Atl.Castelldefels suponían un gran aliento, pero ganar fuera de casa, indispensable para creer que esta temporada es posible moverse por la mitad alta de la clasificación, comenzaba a ser una obligación. En este sentido, la visita a Esparreguera suponía una oportunidad pero también una llamada a la prudencia, dados los precedentes de anteriores desplazamientos en los que se tuvo que ir a remolque en el marcador durante muchos minutos. Además, tampoco convenía menospreciar al rival que, si bien todavía no había puntuado como local, solamente había cedido  por la mínima en sus enfrentamientos ante Vilafranca y el actual líder, el Sants.

Tres de los favoritos, a punto de comenzar la gala de Supervivientes

El contundente resultado final ha representado, en cierto modo, una liberación para el equipo de Albert. No solo es el primer triunfo lejos del Barri Centre de Sant Joan Despí. También es la confianza añadida que lo acompaña, apuntalado en una gran segunda parte en la que se sacó provecho de la labor «bulldozer» de los primeros 45 minutos y se pudo disfrutar de la versión más superlativa de Marc en ataque. Se le dio la vuelta al marcador, nuevamente en contra al finalizar el primer tiempo, y se hizo con considerable solvencia, gracias a la sobriedad mostrada tanto en defensa como de cara a la portería contraria. El trabajo colectivo fue brutal y, si bien aún quedan bastante aspectos por mejorar, el equipo funcionó con bastante solidez.

A pesar de lo que dicte el resultado final, no fue para nada una tarea fácil, sobretodo en el primer tramo del partido. Al Sanpa se le hacía enorme el campo, y la conexión entre defensa y ataque era  algo irregular e imprecisa. Mucho toque atrás, pero sin demasiados progresos para llegar con balón controlado a la vanguardia. Las mejores ocasiones llegaron recuperando balones arriba, cuando la presión en el medio del campo permitía algún robo (Ramon, el «carterista» con más clase a ambos lados del Llobregat) y una salida rápida hacia portería contraria, con Chus y Reverendo como referencias en punta, y GeFe y David por las bandas. Chus tuvo una primera ocasión con un balón en profundidad, pero su vaselina se fue a un lado de la portería.

Importante decisión sobre quién jugará la nueva Copa Davis

Mientras tanto, el Esparreguera CE apostaba por balones largos, buscando la espalda de la defensa verdiamarilla. No les saldría mal la estrategia, puesto que, en una ocasión, encontrarían el hueco para encarar a Rafa y acertar de cara a portería con un tiro cruzado (1-0. min.30). Un nivel de tino opuesto al que mostraron los atacantes sanperos, que rondaron el área contraria sin mucho éxito. Tras un escandaloso penalti a Germán, Reverendo envió su cabezazo fuera cuando remató el globo resultante del rebote sin oposición. Y poco después, el guardameta paró con el pubis un disparo de Marc dentro del área tras un buen recorte del delantero que le dejó con todo a favor.  Parecía la historia de siempre.

Pauleta, en plena carrera pujando por un balón en largo.

Todo cambió tras el descanso con la entrada de varios jugadores de refresco. El partido adquirió entonces mayor color verdiamarillo. En un minutos demoledores, Marc fue objeto de penalti en una penetración dentro del área, marchándose de varios defensores, abriendo a Rafi la posibilidad de transformar la pena máxima y equilibrar nuevamente la balanza; algo que no desaprovechó  el veteranazo Díaz Turrillo de fuerte disparo (1-1. Min.49). Y, poco después, otra combinación sanpera cerca de la banda izquierda acabó con un espléndido centro de Joan, a escasos metros del banderín de córner, que atravesó toda confluencia opositora para encontrar cerca del segundo palo a Albert, que remató de cabeza casi a ras de suelo, haciendo imposible la parada del portero (1-2). Categórico, incontestable. En apenas un momento.

Tras esta victoria, están convencidos de que se hará un buen papel en los JJOO de Tokio

El partido entró entonces en una dinámica que resultó muy favorable para el Sanpa. Con un Barceló multipresencial, se juntó el aplomo que mostró la retaguardia sanpera con el control de los «peloteros» del centro del campo para generar una mayor rapidez en las transiciones defensa-ataque, donde Pauleta y Marc causaron estragos de cara a portería contraria. Un gran ejemplo fue como se gestó el tercer gol: una cesión a Muralla, que salió en el segundo tiempo mostrando una seguridad inquebrantable, acabó con un preciso pase del guardameta a la banda derecha, superando la primera línea de presión local y acabando a pies de Ricard que, buen conocedor de los movimientos de su hermano, supo sacar un pase mágico para Marc, que se marchó por velocidad de sus defensores, encaró y regateó al portero y acabó marcando a placer (1-3). Tanto de fina definición y metodología Teruel.

Aprovechando el arreón final del Esparreguera, que lo intentó hasta el final, las contras pudieron ampliar aún más el marcador. Pauleta realizaría un disparo al poste y, a poco de la conclusión, habilitaría desde el flanco izquierdo del área de penal a Marc para que, de jugada individual y colocando el esférico bajo del cuerpo del arquero, diera el toque final (1-4) y certificara la segunda victoria consecutiva de la UD San Pancracio.

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