La resistencia de mil hombres

EspadaIncreíble, asombrosa y extraordinaria actuación del Sanpa en el Prat, donde, contra viento, marea y lluvia, se impuso por la mínima al equipo local a pesar de los numerosos inconvenientes con los que tuvo que lidiar a la hora de disputar el encuentro del pasado sábado. Con el recuerdo de la temporada pasada del partido ante el Sant Andreu de la Barca, que tuvo que afrontarse con solo 8 efectivos contra un rival que se jugaba la plaza de promoción de ascenso, y en el que se hizo gala de un enorme coraje y estoica valentía pero se cayó goleado, el equipo de Sant Joan Despí se plantaba en el CEM Julio Méndez con solo 10 efectivos y sin portero, por la baja de última hora de David Vega. En una tarde más propia de otoño que de primavera, con los malos recuerdos (el Atlétic venció en el duelo de ida, en el Casc Antic) y peores augurios amenazando más que la lluvia, todo parecía indicar que sería una sesión aciaga, propia de los más tristes finales de temporada con escasez de recursos. Pero aún hubo una última cosa qué decir. Y contando con el esfuerzo, la lucha, las dosis de talento y un pequeño sorbo de fortuna, el Sanpa dejó para la galería otra de sus actuaciones mágicas, de aquellas que se recuerdan con los años cuando los achaques de la memoria no pasan factura.

En una temporada con altibajos, esta es una historia que vale la pena contar. Porque es ejemplar. De lo que pudo ser un desastre de aquellos que acaban de rematar a los seres maltrechos, provocar una caótica desbandada o generar sensaciones pesadillescas en cada conversación sobre fútbol de las siguientes semanas, a uno de esos ejemplos en los que el compañerismo, la generosidad, el sacrificio y la fe convierten cualquier causa en algo por lo que vale la pena luchar. Ciertamente, podrá decirse que éste fue un partido más de este campeonato, un intrascendente duelo entre el 9º y 10º clasificados de la liga de la categoría más humilde del futbol catalán, que no pasará a la historia. Pero también que es uno de esos casos excepcionales, tan discretamente extendidos como perdidos por la geografía, sin ninguna popularidad ni publicidad, dónde se demuestra que creer es poder y dónde lo improbable forma parte de lo posible.

cestmoiPor ese motivo, aunque el Atlétic Prat Delta prefiera, con razón, olvidarlo, vale la pena recordar esta hazaña. Entre sancionados, lesionados, viajeros y borrados, se reducía el cuadro. El equipo titular lo formaron 10 efectivos sanperos, cuan espartanos se plantaron al pie de la Termópilas. Casi la mitad de ellos, supera los 40 años. Ante un rival cuya media de edad no llega a los 30 años. El portero verdiamarillo es un jugador de campo de 44 años (cumple 45 en agosto). Dos jugadores, Guardia y Elías, llevaban más un mes sin jugar, y debían afrontar, como el resto, 90 minutos sin sustituciones. Para Josemi, es el primer partido que disputa entero esta temporada.

Con el Sanpa formó con “Spider” Moyano, Jose “Hensinkhan”, “Johan” Porras, Elías “Anastasi”, Paco “Barcelowski”, “Lucho” Villarejo, Josemi “Chemita” Moreno, Albert “Landcruiser” Guardia, “La Rata” Bernier y Reda Bouziane. Reverendo acompañando al banquillo, Paco dirigiendo en la grada y  Óscar  (junto a Rafa López)  hablando de Portugal.

Por lo que refiere al partido, no puede decirse que fuera precisamente frenético y vibrante. Nadie podía permitirse un correcalles. Consciente de su superioridad numérica, el equipo local buscó con paciencia el gol, mientras que, aún más consciente de su menor número de efectivos, el equipo visitante se centró en esperar atrás, cerrar espacios y, cuando se diera la oportunidad, aprovechar la velocidad de Reda y la veteranía de Carlos como enlace para salir a la contra. Al principio, no se notó mucho la diferencia, ya que, sin miedo a lo que pudiera surgir, el Sanpa no renunció a buscar puerta. En 5 minutos, Reda ya había probado las medidas de la portería en dos ocasiones, aunque le faltó fuerza en la primera y puntería en la segunda. Y una recuperación de balón en la media, con el punta sanpero de protagonista, estuvo a punto de culminarlo Josemi, que se quedó sin fuerza para rematar a portería vacía y dio tiempo a que el guardameta local, previamente esquivado, pudiera coger el balón sobre la línea, bajo palos (min.12).

pratLa sorpresa, aunque relativa porque el Sanpa estaba jugando sin complejos y presentado batalla como si contara con los mismos jugadores en el campo que su rival, llegaría al cuarto de hora de juego. Cuando un balón en profundidad para Reda, permitió al exjugador del Levante-Las Planas marcharse con explosiva presteza de su marcador, regatear al portero dentro del área y enviar al fondo de la red a portería varía (0-1). Un tanto que daba más emoción al encuentro a priori decantado hacia los locales, puesto que otorgaba una ventaja al equipo en inferioridad, y abría el abanico de posibilidades a un marcador menos previsible de lo que se podía esperar aunque fuera solo durante unos minutos. Pocos podrían imaginar entonces que, el gol de Reda, iba a ser a la postre el definitivo y que iba a decantar para el Sanpa la que, de momento, es la victoria más meritoria de la temporada, igualando, o incluso superando a mi parecer, la que obtuvo ante el Marina Atlético (1-0), por entonces líder de la competición y actualmente ocupante de la plaza de promoción de ascenso.

La piedra angular para esta gesta,para la cual fue determinante el trabajo colectivo, con jugadores de corte ofensivo empleándose sacrificadamente en defensa, acabó siendo la labor bajo palos de David Moyano. De maneras más o menos ortodoxas, logró desbaratar todas las acciones de peligro y disparos a puerta del equipo rival, logrando lo que no se había logrado en toda la segunda vuelta y solamente se había conseguido en una única ocasión en toda la temporada: mantener la portería imbatida. Una proeza incrementada porque sus antecedentes en partidos anteriores no habían sido nada halagüeños. A los 25 minutos, supo reaccionar a la perfección a un traicionero bote tras un libre directo ejecutado desde pasada la media luna del área para enviar a córner. Y en el 33 volvió a sacar una mano milagrosa a media altura para impedir que un disparo ajustado al poste se colara inexorablemente. No se dejó intimidar por ninguno de los disparos lejanos que probaron los atacantes rivales, cada vez más atascados ante la falta de facilidades. Tampoco se amilanó ante los balones divididos, para los cuáles la defensa sanpera, pese a la sensible baja de Sergi, mejoró las prestaciones respecto a compromisos anteriores. Hensi, único defensor “puro” presente en la retaguardia, tuvo un alto índice de éxito en las batallas aéreas.

Hensi PratUn balón estrellado en el palo de la portería de “Spider” recordaría tras el descanso que, aún ser meritorio lo realizado, todavía habría que remar contracorriente durante más 45 minutos fuera el desenlace que fuera. El equipo pratense obviamente seguiría insistiendo, adelantando sus laterales como interiores, pero, en su progresiva ansiedad, sus errores también se multiplicaron, para interés del Sanpa. Una total inversión de papeles respecto al partido de ida. El equipo verdiamarillo mostró en esta ocasión el temple y la madurez que le faltó entonces. Amén de los roles acentuados en defensa y ataque de Hensi y Reda, la inteligencia en el manejo de Joan, la inconmensurable labor de Luís y Barceló cortando y recuperando balones, la centrada determinación de Elías, la inagotable perseverancia de Josemi aun cuando no le salían las cosas en ataque… todo ello se unió al pundonor de Guardia, que jugó lesionado el último cuarto de hora, y al espíritu de lucha de “La Rata”, que acabó el partido como el que ha sobrevivido a una cadena de emboscadas.

Con el tiempo siguiendo los patrones de la relatividad (rápido para unos, lento para otros), lo que parecía inverosímil al principio poco a poco fue adquiriendo forma. A falta de 20 minutos, David sacó bajo palos, con los pies y como si fuera un defensor despejando sobre la línea, un disparo traicionero junto al poste. Y, para completar su antología particular, poco después volaría hasta su escuadra izquierda para rechazar con los dos puños otro balón que iba a la red. El “milagro” cada vez estaba más cerca. Un remate de córner dentro del área pequeña visitante que se marchó fuera rozando el poste, confirmó que era una tarde propicia para rememorar uno de los grandes episodios del catálogo de hazañas sanperas.

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Para que la emoción y la incertidumbre no decayeran, el 0-2 tampoco llegó pese a que hubo buenas ocasiones en la parte final. Reda pudo haber puesto fin a tanta agonía, pero prefirió seguir poniendo a prueba los sistemas cardiacos del personal. Guardia, renqueante y medio cojo, también estuvo a punto de marcar otro gol antológico al disparar casi desde medio campo con el portero muy adelantado… Por los pelos, su chut se fue ligeramente desviado  y tocó sufrir “eternamente” hasta el pitido final. Estaba claro que el conjunto verdiamarillo no podría levantar los brazos y darse cuenta del logro realizado hasta haber completado el trabajo. Por ese motivo, una vez conseguida esta victoria “Marca de la Casa”, a base de sufrimiento, aunando esfuerzos y confiando en los demás elementos, pudo decir en voz alta, entre el alivio y la satisfacción: “Nosotros, somos el Sanpa”.